Moda

Reseña: Hecha en México

Unos de los primeros afectados por el confinamiento del COVID-19 fueron Daniel Herranz y Paola Palazón Seguel, quienes escribieron un libro menester para entender la moda mexicana, cuya publicación pasó casi desapercibida por la contingencia sanitaria. De cualquier modo, es un documento que vale la pena revisar en el tiempo libre, cortesía del encierro, para entender que hemos estado peor.

Como indica el título, la obra recorre la moda mexicana de las primeras dos décadas del siglo XXI. Escrita de modo ameno y poco complicado, Hecha en México funge como una especie de almanaque para iniciados que contiene todo lo que debería saber alguien que se dedique a la moda en este país. No obstante, resulta confuso el capítulo dedicado a los antecedentes de la moda nacional, que se enfoca más a la industria de la confección en el S.XX para luego dar un salto cuántico hacia la “Generación de oro” de los 90 que estuvo conformada en su mayoría por diseñadores de lujo independientes que mantienen poca o nula relación con la maquila a gran escala.

Habría sido conveniente marcar esa -no tan difusa- barrera entre los conglomerados y los diseñadores. Aún así, la narración se desliza sin mayor dificultad entre algunos hechos notables de este siglo para aterrizar en el asunto de la profesionalización de la moda en México que es rematado por un ensayo de la diseñadora y docente Cynthia Gómez sobre el mismo tema.

Posteriormente, se desarrollan los siguientes capítulos del libro, donde se tocan distintos aspectos de la industria: plataformas, fotografía, diseñadores, modelos, estilistas, maquillaje, etcétera, cada uno cerrando con una reflexión de algún especialista del área de la que se haya escrito, siendo su punto fuerte la pluralidad con la que retrataron la historia de la moda en el país, mostrándola como un sector empresarial con distintas vertientes y ocupaciones, más que como mera historia del diseño. Al final del día, la tesis principal del libro es que la moda en México ha sido una industria colectiva y colaborativa, al menos desde que inició el siglo.

La investigación fue responsable y suficiente, y aunque tiene sus omisiones, estas no son cruciales ni hacen que el libro se sienta incompleto, del mismo modo que la compilación de fotografías es clara y explicativa, no parece que ninguna sobre o esté fuera de lugar; en ese orden de ideas, le sugiero a los lectores adquirir la versión impresa, el trabajo editorial que hizo Hg Estudio no tiene desperdicio, texto aparte, el libro por sí solo, como objeto, es bello y vale la pena tenerlo en las manos. Aún así, es importante señalar sus descuidos en la edición, como los errores tipográficos que no son pocos, palabras que se juntan, o algunas fechas incorrectas que pudieron ser consecuencia de un error de dedo que haya sido pasado por alto en la revisión final.

Finalmente, y considero esto lo más valioso de Hecha en México, es que es una historia que se escribe sin nostalgia, demostrando que no todo tiempo pasado fue mejor y que la industria se ha enfrentado a crisis peores y más extensas de las que ha salido tambaleante pero manteniéndose en pie de alguno u otro modo; que nunca han habido tantas ofertas educativas, laborales, puntos de venta y diseñadores con negocios prósperos como ahora, y que a la historia de la moda en México cada vez se le agregan más y más nombres porque ya son menos los que quiebran y más los interesados en el sector, no obstante, este libro se escribió en un mundo que no sospechaba que sucediera esta pandemia; a meses de su publicación, la realidad que describen ya suena lejana, lo mejor que se puede hacer con él es tenerlo como referencia para crear algo nuevo que al menos pretenda no parecerse a nada de los últimos 20 años.

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