Decía Doña Laura, mi abuela, que en la vida tenemos que aprender a distinguir a los inteligentes, a los inocentes y especialmente a –disculpen mi “francés”- los hijos de mala madre. “Jamás confíes demasiado en una cara de pendejo porque resultan ser los peores”. No cabe duda de que Laura era sabia, a su edad, había vivido lo suficiente como para hacer tremenda declaración…
Por Raphael Huerta
“Es una noche lluviosa en Nueva York, en la marquesina de un teatro se lee el título “Añejada en Madera” y el nombre de la actriz Margo Channing se ubica por encima de éste. Ella es una personalidad que goza de la fama gracias al arduo trabajo desempeñado durante años. Una desconocida con cara de ánima en pena observa en la lejanía, su deseo es conocer a la afamada estrella. El destino la lleva a toparse con una de las mejores amigas de Channing, quien al descubrir la devoción que profesa esta mujer llamada Eva por la inaccesible y muy directa superestrella, decide presentarlas. Las circunstancias hacen que Eva Harrington se convierta en la asistente de Margo. Es tan buena asistente y dama de compañía que conoce todos los detalles de la carrera de Channing, pero además sabe de memoria cada diálogo de sus obras. Un día, Margo no puede presentarse para dar función y naturalmente es Eva quien sale al rescate de su jefa, pero no se trata de rescatarla a ella sino de un movimiento artero cuya única finalidad es la fama y el dinero. Un año después, se encuentra la crema y nata de la industria teatral disfrutando una cena de premiación, el nombre de Eva Harrington resuena en el micrófono… Es la revelación del año, una promesa de actriz –vaya que sí- y la lagartona ésta sube al estrado para recoger su premio poniendo cara de “no rompo un plato”. Al final, Eva Harrington ha logrado su objetivo, pero la vida que siempre es tan justa, la orilla a encontrarse con una ferviente admiradora suya, quien también va por la vida con cara de mustia. Bastará un apretón de manos para que este nuevo personaje la haga pagar cada una de sus maldades”.
Así es queridos, les estoy contando muy a mi manera, un pedacito de la famosísima película Todo sobre Eva (All about Eve), protagonizada por Bette Davis y Anne Baxter, pero bien podrían cambiarle el nombre y las situaciones para que la historia fácilmente se lleve a cabo dentro de la industria de la moda de nuestro país, ¿no?
La verdad es que estoy enojado, porque una vez más el equipo de KS NEWS BY ANNA FUSONI ha comprobado de manera muy cercana, que sí existen personas viles que van por la vida aprovechando cada oportunidad para beneficiarse sin importar la cantidad de cabezas que tengan que pisar.
Resulta que la dueña fundadora de la marca CURIOCA se ha enterado recientemente que el nombre de su empresa tiene propietario ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, lo peor es que quien ha hecho esta mala jugada, es una persona cercana a la diseñadora, quien ahora mismo se encuentra con sus abogados buscando por todo medio, hacer justicia para que la conclusión de esta desafortunada situación sea a su favor.
Pongámonos en el lugar de la afectada, ha venido trabajando y estudiando a lo largo de diez años para poder tener una empresa propia que además le permite dar empleo a muchas personas, especialmente mujeres. Al salir de la universidad, dejó Puebla para irse a Buenos Aires a estudiar una especialidad en calzado, vivió allá más de dos años, lejos de su familia y mejores amigos, conociendo y aprendiendo todo lo que necesitaba para que al volver fuera capaz de montar su propio taller de zapatería. Ha tomado cursos en España e Italia, hoy por hoy sus diseños vuelan desde Puebla hasta París, Roma, Madrid, Buenos Aires, Londres y muchas capitales más. Su único error ha sido quizás, no haber registrado a tiempo el nombre de su marca ante el IMPI, es entonces cuando llega un tercero que registra la marca como suya bajo el argumento de que será utilizada para producir café pero curiosamente el registro quedó asentado bajo la clase 25, que engloba indumentaria y calzado. Afortunadamente la marca sí cuenta con un antecedente pues fue dada de alta ante el Centro de Registro de Diseño Mexicano, la que, como corresponde, está apoyando a Curioca con una carta válida ante notario.
Como el caso de Curioca, me he enterado de que en el pasado la diseñadora Nayibi Villarreal se vio inmersa en situaciones parecidas, por confiar en quien no debía acabó perdiendo un proyecto que ella había creado y para colmo, el “rumor” de que era una mujer fraudulenta, corrió por todo Morelia, la ciudad donde su marca tiene sede. Ella también ha necesitado años de estudio y preparación para ser hoy una diseñadora y empresaria que además es muy diestra manejando su negocio, pero tuvo que aprender “a la mala” que no debe confiar en cualquiera.
La verdad es que casi siempre nos enteramos de situaciones desagradables, de gente aprovechada a la que le gusta meter en problemas a los demás. Han sido tantas las ocasiones en las que un diseñador nos ha dicho “salí perdiendo mucho y aquella persona sigue en lo suyo, haciendo y deshaciendo, viéndole la cara de tonto a los demás, en medio de una total impunidad, mientras yo me quedé sin nada después de todo el esfuerzo que representó hacer mi propia marca”. ¿No creen que ya es hora de ponerles un alto?
Ya basta de tener que soportar traiciones, deudas, infamias, ya es momento de que cada diseñador aprenda a estar alerta y mantener una visión objetiva de las personas que le rodean y más especialmente de la gente con quienes se asocian en miras de agilizar el progreso de su trabajo.
Es hora de aprender que toda esa labor que para ti es sagrada, no representa lo mismo para los demás, es hora de entender que el hecho de que tú seas un ser dispuesto a ayudar al crecimiento de otros de manera desinteresada, no significa que ellos vayan a actuar en reciprocidad.
Tú como emprendedor o empresario tienes una obligación contigo mismo para el bien de tu negocio: no dar una oportunidad de trabajo o apoyo a una persona que se ha cruzado en tu camino de buenas a primeras, casi accidentalmente. Tienes la responsabilidad de investigar a esa gente, pedir referencias, buscar hasta por debajo de las piedras, porque el que busca encuentra. Si de 10 personas, 6 te dijeron que quien te pide ayuda o una oportunidad en tu marca, no es un ser confiable o responsable, aléjate de ahí lo más rápido posible y quítate de la cabeza y del corazón esa necesidad de ser un buen samaritano. Recuerda siempre que hay bocas que muerden la mano de quien les da de comer.
Si en este momento ya te encuentras en un problema legal y económico por culpa de alguien más, no te quedes de brazos cruzados. Asesórate con profesionales y llega a las últimas consecuencias porque la gente abusiva y desleal solo se detiene cuando alguien pone un alto sin tocarse el corazón. La primera vez que te hacen un daño, eres víctima, si te lo hacen una segunda vez, fuiste voluntario.