Llevamos ya meses hablando o reflexionando sobre la Nueva Normalidad. Un día el famoso New Normal es una cosa, luego se ajusta y cambia para convertirse en otra, gracias a opiniones encontradas, desinformaciones, reglas, sugerencias y juicios que corren por lo que ahora parece ser el teléfono descompuesto de la red.
Abren los centros comerciales, los negocios de moda dan nuevamente la bienvenida con tapetes higiénicos que nadie sabe bien a bien que higienizan, medidores de temperatura y harto gel. En todos lados hay flechas que señalan el camino que debe tomar el/la shopper siguiendo una línea que alguien decidió era la correcta, cuando lo que le gusta a los compradores es dedicarse a la relajante actividad del browsing que mal traducido podría ser “echar un vistazo por aquí y por allá” o mejor aún mariposear. Pues de momento eso de andar de un lado para otro dentro de una tienda es actividad prohibida, lo cual disminuye seriamente la delicia del shopping.
Otro gran reto de la Nueva Normalidad es probarse lo seleccionado. En un principio se dijo, en video de una departamental, que cada prenda de vestir sería sanitizada después de haber sido probada. ¿Sanitizada con que? Con productos que matan al virus y de paso podrían desintegrar las telas, diluir los colores, deformar los cortes, después de semejante tortura ¿quién se la va a querer probar? En algún momento se dijo que se cancelarían los probadores y que el shopping tendría que ser “a ojo de buen cubero”. No poder probarte resultará igual de frustrante que comprar ropa on-line que puede ser una experiencia poca satisfactoria. Y las devoluciones estarían o estarán a la orden del día, dependiendo de las medidas que se tomen.
No poder probarse, según un estudio de Fits.Me significa una perdida de valor por prendas devueltas a nivel global podría ser de 15 mil 500 millones de dólares anuales. Y una vez devueltas ¿se sumarán a los millones de prendas que acaban en los botaderos de basura del mundo, junto con toneladas de cubrebocas. Eso sí es una escenario nada agradable.
Afortunadamente, gracias a la tecnología, los probadores virtuales llevan algún tiempo en el mercado. Ahora se convierten en una realidad indispensable para la moda en tienda. La simulación 3D que abre nuevas posibilidades al retail de moda con alternativas para que los consumidores puedan obtener una experiencia integral al ir en busca de sus looks de temporada.
Dassault Systèmes nos muestra como la tecnología puede ser un aliado con espejos de realidad aumentada para que los usuarios puedan probarse las prendas sobre una imagen precisa de su silueta tomada a partir de sensores. Con la tecnología 3D se desarrollan soluciones para que el/la shopper de moda viva una experiencia más completa y personal, con la tienda como punto de contacto.
Al respecto, Gunther Barajas, director de Dassault Systèmes México comenta:“A través de nuestra plataforma 3DExperience, brindamos al mercado la posibilidad de generar experiencias integrales a los consumidores centradas en sus gustos, a la vez que contribuimos a reducir las pérdidas. La tecnología 3D está cambiando la industria minorista para volverse más centrada en el cliente y en un diseño y producción más eficiente en beneficio de la industria y la comunidad”.
Todo esto no es nuevo, en la desaparecida boutique de Common People (Emilio Castelar, Polanco, CDMX), si mal no recuerdo, había un tipo de espejo probador que nunca parecía funcionar . Hoy ese espejo que era como una curiosidad de avanzada, se convierte en un must y factor de servicio para el retail de moda.
https://www.3ds.com/es/acerca-de-3ds/plataforma-3dexperience/