Actualmente, cuando hablas de moda y clima en la misma frase, el panorama tiende a ser oscuro, lúgubre y hasta trágico, pero siempre hay que pensar en los negocios, encontrar el lado positivo y cómo convertir un problema en una oportunidad.
Por: Jacob Pulido / jacobpulidoproyectomoda
Les tengo que confesar que cuando el área de redacción me pidió plantear un tema que estuviera relacionado con los negocios y al cambio climático en la moda sí me la pensé por un buen rato porque tal como dicen las predicciones de Gustavo Prado (Trendo.mx), puede llegar a ser devastador.
Tenemos que empezar a ver fuera de la caja, un dicho que repito cada vez que puedo “mientras unos lloran, otros vendemos pañuelos”, ésa es la única actitud que veo relevante en esta actualidad tan álgida, tan incierta, buscar la manera no de hacer leña con el árbol caído, sino más bien identificar las distintas ventanas de oportunidad que se presentan frente a nosotros como problemas a solucionar.
Bien lo dijo Anna Fusoni, desde hace varios años en una de sus conferencias: “(…) Ya no podemos pensar en temporadas, primavera, verano, otoño e invierno, nuestra realidad apunta a otro supuesto, ahora debemos pensar en mañana, tarde y noche”. Esto es tan, pero tan cierto, y sucede en este momento en distintas partes de México; el cambio climático ha modificado de manera drástica el entorno en nuestras ciudades, entre contaminación, aumentos y disminuciones de temperatura, ya no tienes la certeza de que solo una prenda o solo una combinación de prendas será suficiente para mantenerte cómodo durante todo el día.
Si bien antes era una constante la temperatura de acuerdo a la fecha en la que nos encontrábamos, hoy todo eso ha cambiado: inviernos cálidos, primaveras frías, otoños con lluvias torrenciales, y no se calmará pronto, todo lo contrario.
Desde hace más de 10 años, me encuentro ante proyectos cuya propuesta base es la versatilidad de la prenda; que al usarla de día pueda funcionar para la noche o para una ocasión en particular. La clave de estos negocios siempre ha sido darle un valor adecuado al producto, que se respalde con la marca y sobre todo que sí tenga esa funcionalidad que el usuario están considerando necesaria en su día a día.
Hoy nos encontramos con un mercado sumamente fragmentado en gustos, polarizado por los estilos y segmentado por los precios, sorteando estos obstáculos se puede pensar en un producto eficiente, que brinde no solo la comodidad que se espera sino también ese valor innovador que todos han estado buscando, un valor en el que la versatilidad de la prenda supere las inclemencias del tiempo de un mismo día. Lo anterior se deriva de la poca practicidad con la que contamos en la actualidad, en la mañana la temperatura es baja, por lo tanto una chamarra abrigadora es básica, por la tarde la temperatura sube y lo que menos buscamos son capas de tela que nos sofoquen y para cuando llega la noche regresamos al punto 1, frío y con la imperiosa necesidad de abrigarse, esta es una situación que todo mundo ha tratado de abordar una y otra vez sin un verdadero éxito.
Dicen que a veces la solución más efectiva es la más sencilla, este debería ser el punto de partida para plantear el siguiente supuesto: “cómo, de manera sencilla y práctica, resolvemos la necesidad de abrigarse y taparse durante todo el día sin necesidad de cargar con la mitad de tu clóset en tu cajuela o en tu bolso”. Aquí la idea millonaria, lograr resolver esta cuestión en su totalidad, que se integre al estilo de vida del usuario sin que le genere un esfuerzo adicional, un costo estratosférico o cualquier inconveniente similar.
Como podemos entender con lo anterior, problemas que resolver siempre serán una constante en la vida del mismo empresario y emprendedor de moda, esto nos brinda nuevos nichos de mercado, nuevas oportunidades para conquistarlo, meditarlo, ¿Tu que problema estás resolviendo con tu marca o producto?