Moda

HOMOFOBIA A LA MEXICANA

 

 

Ya pasó el mes del orgullo gay, lo sé y de sobra, lo cierto es que para hablar de estos temas no hace falta que sea junio, para nosotros los homosexuales, todo el año es de pride, la misma cantidad de meses luchamos también contra los prejuicios. En esta ocasión es más que necesario reflexionar, pues la moda mexicana se hizo daño a sí misma con veneno puro -¡vaya sorpresa!-. Ya es hora de que se entable una conversación honesta en torno a la falta de respeto que se vive en la industria, que se hable de la intolerancia que ha dañado a tanta gente, misma que ha preferido callar la boca para no tener problemas, o para no perder su trabajo.

Por Rapha Huerta.

En la era de la noticia omnipotente y ultrarrápida, cada manifiesto expresado debe ser, por lo menos, bien pensado. La comunicación humana tiene un propósito latente, y en raras ocasiones puede ser reversible. Toda idea expresada ha de quedar grabada en la mente y vida de nuestro interlocutor. La industria de la moda ha sido subrayada como un gremio homofóbico y malagradecido gracias a la ex editora de Harper’s Bazaar México; Lucía Alarcón Zamacona, quien, en su cuenta de Twitter, abiertamente apoyó las terapias de conversión para la comunidad homosexual, escudándose en el profeta más famoso de todos los tiempos: Yeshua. Olvidó, claramente, que el hijo de Mariam de Nazaret le habló al mundo de vivir la vida con respeto, amor y tolerancia para con los demás.

Lo que a mí me resulta deleznable fue la acción tardía de Bazaar México. Sí, la han despedido, pero después de pensarlo mucho y de no ofrecer de inmediato un comunicado de prensa digno y respetuoso, dedicado, primero que nada, a sus colaboradores regulares, y además, a los fieles consumidores/lectores de tal publicación.

Como expresé durante una transmisión en vivo de House of Anna, el programa de Facebook de nuestra directora editorial, Anna Fusoni: “este es un acto de traición para todos aquellos creativos de la comunidad LGBTTTIQA+ que durante años han compartido su talento no solo con Bazaar sino con todas las revistas de moda mexicanas. Por las filas de HB ha pasado un sinnúmero de talentos@s fotógraf@s, stylists, maquillistas, peinadores, y diseñadores cuyas preferencias amorosas se inclinan hacia su mismo género, es inaudito que una persona con un puesto importante en este medio, se atreva a apoyar las terapias de conversión escudándose en la religión”.

Ahora resulta que una revista de moda pone en tela de juicio los gustos de aquellos que la han enaltecido. Ciertamente, el “trabajo pesado” no lo hacen las editoras, varias de ellas solo están de adorno, gozando de un puesto que les ha sido otorgado por conexiones familiares o por el agrio pedigrí de sus familias porfirianas.

Muchos dirán que para que existan las revistas de moda solo hace falta un vestidazo. Pero no hay statement más falso que éste. En una revista, el vestido lindo de miles de dólares es solo uno de los componentes, no olvidemos que la grandeza de una publicación como Bazaar se debe, además de su largo existir, al valor y talento de la gente que allí ésta ha trabajado.

Honestamente, he de confesar que no me sorprende ni el manifiesto de Lucía Alarcón Z., ni la lentísima respuesta de su  ahora ex-revista. Ya es hora de que la gente se atreva a hablar con la verdad, ésta no es la primera vez que una alguien bien colocado dentro de la moda mexicana hace declaraciones desafortunadas contra la comunidad homosexual. Alarcón Zamacona no es la única, tampoco será la última. Este es uno de los tantos motivos por los cuales, personalmente, no confío en tantos nombres de la industria que van por la vida hablando con dulzura y gentileza. Me ha tocado leer tantas capturas de pantalla en las que “Fulanita de tal”, que es un ‘pan de Dios’ en redes sociales y amabilísima con todos sus colegas, vocifera una sarta de porquerías y escupe mierda hedionda por medio del celular, creyendo que absolutamente nadie se va enterar.

En el gremio no solo hay homofobia, también existe el racismo, el antisemitismo, el etnocentrismo, la gordofobia, la transfobia, ¡y muchas fobias más! Y por supuesto, la importancia del código postal al que uno corresponde va por delante. Todos, o al menos, casi todos, conocen el caso de aquella directora editorial que se negó a nombrar editor al elemento más competente de su equipo, solo porque no vivía ni en Polanco ni en las Lomas, además de no poseer un apellido “nice”.

Que se diga por ahí que la moda ha abierto los brazos para celebrar a todas las personas del mundo con todo y sus personalidades, con todo y sus diferencias, es convenientemente cierto y poderosamente falso.

Es necesario aprender a escoger las palabras antes de hacer cualquier declaración. Y, no nos hagamos… aquella justificación de “Es que no sabía que mis palabras iban a ser malinterpretadas” es el más tonto de los argumentos. Esto es la moda mexicana señores, la gente sí sabe que hará daño, vaya que sí, pero a muchos les resulta muy cómodo navegar con la bandera de la pendejez.

Durante tantas décadas han pasado por la moda decenas de individuos #LGBTTTIQA+, encontraron en ésta su forma de vida, de salvación, un medio de expresión auténtica que a varios los detuvo un minuto antes de acabar con la existencia jalando un gatillo.

Nuestra obligación es sentirnos orgullosos de quiénes y qué somos, así como de aquello que hemos elegido para nosotros. La comunidad gay presta su talento y disciplina, su tiempo, sus ganas, su hambre, su pasión, para que las #revistas de #moda sean lo que son en todo el mundo. Así que debemos poner un alto a esas cabezas huecas -¡editoras o a cualquiera que se atreva!- que enjuician la vida personal de los que sí aportan talento al mundo de los creativos mexicanos.

Observa bien a la gente que te contrata, allí puedes encontrar a tu peor enemigo, al más nauseabundo de tus jueces.

La solución es dejar de entregar tus dones a aquellos que te sonríen a la cara y te atacan por la espalda. Ahora levanta la mirada y no permitas jamás que ningún ente #jodido venga a decirte que la religión salvará tu vida, que ellos vayan a salvar la suya dándose golpes de pecho, mientras nosotros, en coro, les echamos la más fabulosa y colorida de las #porras?.

Y, como reza aquella máxima:

“Si escupes al cielo, que a la cara no te caiga”. ¡Amén!

 

Imagen de portada: Cita de Morgan Freeman por Revista Nueva Mujer.

Imagen interior: Pinterest.

 

 

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