Astrología
Ámbar, talismán idóneo para el eclipse lunar
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El 19 de noviembre tiene lugar un poderoso eclipse lunar en Tauro que durará más de tres horas y se verá en todo el planeta. La luna se teñirá de rojo, presagiando grandes cambios para la humanidad.
A nivel personal, puedes sentirte cansado, muy sensible o con las emociones desbordadas; razón por la cual sugiero lleves un ámbar contigo para que te equilibre. Es uno de los amuletos protectores más apreciados, ya que en su formación ha absorbido la energía de la tierra.
Recordemos que su origen se remonta quizás hace mil años -tal vez un millón- cuando manaba como resina de un pino que cayó al suelo. Al paso de los siglos, nuevas capas de terreno la cubrieron, en tanto se endurecía constantemente.
Los hombres llegan y se van, los árboles se levantan y caen, los años se transforman en edades y las edades pasan a la historia; pero la resina endurecida se torna en ámbar vegetal y en su cuerpo atesora el poder de la tierra, esperando hasta que es descubierto y emerge de las profundidades a la luz.
En la antigüedad los magos solían emplear el ámbar, junto a un coral, como resguardo para los niños pues era el mejor escudo contra el mal de ojo y las enfermedades contagiosas. También aprovechaban el ámbar para curar los padecimientos de garganta y anginas.
Al cabo de los siglos, el médico legendario de Hipócrates vuelve a aplicar las virtudes de esta resina fósil. Posteriormente el naturista latino Plinio pensó que el ámbar era la orina solidificada del ciervo, animal que representaba a la diosa Diana. Sin importarles mucho su origen, los romanos lo colgaban a su cuello, puesto que lo consideraban un extraordinario amuleto para protegerse de las fuerzas del mal.
En la mayor parte de las tradiciones, el ámbar por su dureza, color y transparencia es símbolo del saber superior, de las verdades espirituales que son perfectas y bellas. En este sentido la mitología griega, hace una advertencia muy clara sobre la el peligro de adquirir sabiduría: cuenta la leyenda que Faetón, el brillante, al conocer era hijo de Helios, el Sol, empezó a ufanarse de su origen; mas los seres humanos no se lo creyeron y se burlaban de el.
Para demostrar que era verdad Faetón buscó a su padre, quien lo recibió con amor y fue tan grande su emoción que sin pensar lo que decía ofreció a su hijo lo que quisiera. El joven pidió que lo dejara conducir su carro, pero por falta de experiencia no pudo controlar los briosos corceles y se desbocaron, atropellando a las estrellas.
Así se acercó a la Tierra tan rápido que le prendió fuego, entonces intervino Zeus lanzando un rayo a Faetón que cayó fulminado sobre el río Eridanus. Sus hermanas, las Heliades, lloraron su muerte pero al hacerlo se transformaron en alamos y sus lágrimas se convirtieron en ámbar. Puedes disfrutar de la lectura de este relato en La Metamorfosis de Ovidio, en el libro las Heliádes y en el Faetón de Eurípides.
Independientemente de su poético mito, el ámbar es uno de los más hermosos productos de la tierra. Existe una gran variedad de piezas en las tiendas esotéricas y en joyerías, ricamente engarzadas para que además de lucirlo puedas servirte de sus beneficios.
Su color no es solo el amarillo claro sino también lo hay en naranja oscuro, llegando al rojo en Rusia y con el que realizan esculturas sus artesanos.