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Mi muy personal Palacio
Cuando hace más de un año, al morir Don Alberto Baillères, Lupita Aguilar (Reforma Moda!) me pidió un comentario acerca de su aportación a la moda mexicana…obvio pensé inmediatamente en El Palacio de Hierro y su luminosa presencia en el entorno de la moda de México, lograda gracias al liderazgo de un hombre que siempre tuvo una clara visión del concepto lujo desde que adquirió la departamental en los años 60s. Los recuerdos llegaron, los puse en letra y el borrador se quedó atorado en alguna esquina del ciberespacio de mi computadora. Hoy, meses después, vuelvo a la reflexión que aquí comparto.
Lo interesante es que como empresario, el Señor Baillères nunca quiso ser el Señor Palacio…si no que seleccionó a las personas indicadas para llevar a cabo su proyecto. Trajo, por ejemplo, al tejano Charles Kóvec como director de publicidad y al cubano Carlos Sánchez, como comprador y luego director del área de dama, ambos con experiencia profesional en Neiman Marcus ..y los dejó ser.
Nunca lo vi caminando por la departamental de Durango, quizá lo hacía en horarios particulares. Como buen líder empresarial, me lo imagino cuidando su imperio pero siempre confiando en el criterio de sus equipos, dejando que El (si El con E mayúscula) Palacio transitara por diferentes etapas hasta ser lo que es hoy…un ¡Palacio de Palacios!
Dejó que compradores experimentados como el señor Huerta (el queridisimo Juan José) siguieran en su tema , asi como Emma Guerra, como la directora del Salón Internacional. De igual manera permitió que Madame Rostan, la primera directora de modas del almacén, tuviera su propio espacio de artesanias, en Durango, donde acudió hasta poco antes de muerte a los 99 años.
Así se fue posicionando El Palacio como el lugar must donde ir de compras para quienes buscaban moda y calidad en los años en que México era un país de fronteras cerradas
Tampoco asistía, que yo recuerde, a las noches de entrega de las Medallas al Mérito que se otorgaban a lo mejor de la industria de la moda…en aquel entonces en manos de los Fernández de Monterrey y los reyes italianos del tejido de punto: Piero Demichelis, Mario Bianccini de Isolabella, así como Hennique de Vito’s, Paco y Ruth Durán, Elena Galindo. También se entregaba medalla a los pocos diseñadores –Manuel Méndez, Enrique Martinez, Carlo Demichelis–que había entonces, siendo Méndez el que recibía año con año su medalla de plata, hasta que se tuvo que crear el Salón de la Fama, para otorgarle una definitiva de oro.
Doña Tere, su esposa, iba a los desfiles en el Salón Internacional, donde la crema y nata de la sociedad mexicana, esperaba ansiosa al borde de sus sillas Tiffany doradas, las últimas creaciones de Manuel Méndez o Enrique Martínez…para luego levantarse y salir corriendo hacia el backstage para probarse antes que nadie su siguiente hostess gown.
Coral Salinas, Jeanette Longoria, Dolores del Río siempre fueron las invitadas glam a los desfiles y las fiestas especiales como la del Festival de Belleza en la residencia de la Embajada de Francia, que organizaba Charles Kóvec, publirrelacionista nato antes de que existiera el concepto de las Relaciones Públicas…cumpliendo, así, con la meta a largo plazo de un visionario como Don Alberto.
En Palacio aprendí a comentar desfiles, a escribir boletines, a explicar tendencias, organizar eventos…con José Terán aprendí a ser copy de moda y pude darme cuenta que la coordinación y el styling no era lo mío, a pesar de las múltiples ediciones que hice del catálogo de Navidad en el sótano de Durango.
Haciendo cuentas, debo haber colaborado directa e indirectamente con Palacio por más de 40 años…y al final me tocó la confianza de traducir al inglés el reporte financiero para los inversionistas, comprobando de primera mano cómo iba evolucionando ese Palacio que me acogió recién desempacada de NY.
No creo haber conocido en persona a Don Alberto, en persona, hasta la celebración de los 60 años de Terán/TBWA “La Fábrica de las Ideas”, la agencia de publicidad que se estableció en la azotea del recién inaugurado almacén Durango y que hasta el día de hoy sigue siendo la agencia de Palacio con sus excepcionales campañas que han ido evolucionando con los tiempos, pero que siempre son “Totalmente Palacio”.
En el 2022, fui invitada a ser parte de la campaña del festival de Belleza de Palacio. Fue una gran experiencia y me queda claro que no hay página de mi vida profesional y personal que no lleve una discreta huella de El Palacio de Hierro.
Todo esto, se me vino de golpe a la mente, al visitar la exposición PUNTO DE PARTIDA: Modas, tramas y textiles. Esta extraordinaria muestra viajó desde el Centro Cultural Fábrica de San Pedro en Uruapan, Michoacán para ubicarse durante un mes en el Palacio de los Palacios, gracias a Rodrigo Flores, Director de Experiencias. Ahí, rodeada del talento de 100 diseñadores me quedó clarísimo que en El Palacio también se entiende como lujo la creatividad del diseñador mexicano y majestuosidad de la humilde cambaya de algodón.
En ese momento, ¿cómo no recordar la filosofía comercial de Kovec que siempre decía : “No quiero que la gente venga a Palacio de Hierro a comprar algo, sino a ver qué está sucediendo”. Sin duda, un hombre adelantado a sus tiempos que entendía perfectamente el hoy tan apreciado tema de las experiencias.
La exhibición terminó el 15 de febrero ¡pero la emoción y el recuerdo permanecen!
https://fabricadesanpedro.com/
https://www.elpalaciodehierro.com/