Moda
“LA DOÑA EN EL SIGLO XXI”
Hablar de María Félix es un lujo, sencillamente porque ella lo era; su forma de caminar, de hablar, la mirada enmarcada por ese precioso par de cejas indolentes y vanidosas, así como esa imponente presencia que provocaba tanto admiración como temor. Muchos han escrito artículos sobre ella y su lifestyle, algunos pocos, muy seleccionados, lograron entrevistarse con la llamada “mujer sin alma”, ya hubiera querido yo, gozar de semejante privilegio, pero, en estos tiempos casi nada es imposible. Omitamos el hecho de ella murió desde 2002 y que su mansión en Hegel 610 de Polanco fue demolida en 2014. Estamos ante la fachada de su residencia, luce sombría, misteriosa, llena de privacidad…
Por Raphael Huerta.
(Suena el timbre)
-Buenas tardes, ¿se encuentra la señora? Me gustaría saber si puede recibirme para entrevistarla…
(10 minutos después)
-Dice la señora que pase y aguarde en la sala, bajará cuando esté lista-
La ayudanta de María me conduce por un pasillo de cristal en el que se asoman frondosas jacarandas repletas de flor. Al llegar a la estancia me encuentro con una escena llena de lujo; candelabros antiguos comparten espacio con imponentes gallos de pelea esculpidos en bronce, oro y plata, las butacas con pasamanería francesa, los cuadros que retratan a María; el de Leonora Carrington, el de Sofia Bassi, el de Antoine Tzapof, me siento como en otra época y se me eriza la piel al darme cuenta que, a lo lejos, quizás en la habitación de “la señora”, se oye una grabación de Agustín Lara cantado María Bonita… Estoy sin aliento, no me atrevo a sentarme, que miedo de arruinar algo, estoy tan embelesado observando la mansión que no me doy cuenta de que María Félix ya se encuentra detrás de mí. Al reparar en su presencia, descubro a una mujer espigada, muy delgada, con una melena espesa y glamorosa, va vestida de negro, adornada por sus fieles joyas, en el dedo anular de su mano izquierda, porta el diamante rosa que le regaló un jeque árabe 50 años atrás.
MF: ¿Qué se le ofrece joven?
RH: Señora Félix, ha bajado usted muy pronto…
MF: No me gusta hacer esperar a las personas, es de mala educación, me decía usted que vino a…
RH: Soy Raphael Huerta, me gustaría hacerle una entrevista, ehem, platicar con usted…
MF: ¿Y de qué quiere hablar?, ¿de mí?, ¿de la vida?, ¿de mis joyas?, ¿del país?, ¿de la juventud? Tome asiento… ¡No no!, allí no, ¡ése es mi lugar!… ¿Quiere tomar algo?
RH: Un trago, lo que sea, pero que sea fuerte, por favor.
MF: Desde luego… ¡¡Juanita!! Sírvale un trago de nuestro mejor whiskey al muchachito, a ver si así se le pasa el susto. Usted dirá por dónde empezamos…
RH: Señora, usted es uno de los referentes más importantes del cine mexicano, un ícono para la sociedad, para la moda, un modelo a seguir para muchas mujeres y también para algunos hombres. ¿Alguna vez se imaginó que en el año 2019 seguiría siendo un personaje reconocido y admirado?
MF: Primero que nada, dígame usted María, así, a secas, no es necesario que me llame “señora”, siempre he sabido que lo soy. Pues mire usted, para empezar, yo jamás me imaginé que mientras caminaba por el centro de la ciudad, un fotógrafo me iba a retratar para convertirme en imagen de un producto para pestañas, mucho menos me imaginé que llegaría a ser famosa, yo era una chica de pueblo, con carácter, eso sí, porque eso no me lo enseñaron en el plató de grabación, imprimí esa rebeldía en mis personajes… y la gente se enamoró. Yo no sé si en 2019 todavía soy un punto de partida, si soy referencia al hablar de algún tema, creo que hoy todo está tan disperso, ¡todos quieren ser famosos!, todos quieren ser un ejemplo, pero no tienen la certeza de qué clase de ejemplo quieren ser, ¿si sabe usted a lo que me refiero?
RH: Claro… Entonces, María, usted está al tanto de las redes sociales…
MF: ¡Naturalmente! Por eso le digo que todos quieren ser famosos. Estoy al tanto de todos los temas, mire usted que acabo de ver en Instagram a Mónica Bellucci llevando mis cocodrilos de Cartier, se veía bonita, pero para lucir los diamantes de María Félix hace falta una cosa: ser ¡María Félix!, no me importa que me tachen de vanidosa, generalmente, no me importa lo que opine la gente de mí, y generalmente, a la gente sí le ha importado lo que yo opine de ellos.
RH: ¿María, usted diría que fue la gente quien la convirtió en una gran diva del cine?
MF: La gente aportó, claro que sí, hubo personajes que influyeron muchísimo en la proyección mía no sólo como actriz sino como mujer, pero ni Figueroa, ni mi “Indio” adorado, ni nadie, me dijeron cómo forjar a María, ellos respetaron lo que yo construí. A la gente le gusta la belleza, lo inalcanzable, lo imposible, por eso iban al cine a ver mis películas, adoraban la actriz que yo era…
RH: Algunos de sus detractores han dicho que usted era pésima actriz, María…
MF: ¡Pues pésima o excelente! ¡La gente me amó y me sigue amando! ¡Y los que me odiaron me siguen odiando! Yo si fui profeta en mi tierra.
RH: María, usted siempre ha tenido una voz mandante, con influencia e impacto en la gente; lo que nosotros ahora llamamos influencer, su palabra siempre tuvo peso…
MF: ¡Qué influencer ni qué influencer! ¡Una bola de pendejos es lo que son! Queriendo decirle a la gente cómo vivir, cómo vestir, cómo hablar, cómo viajar. Yo trabajé, me hice de mi dinerito para darme la vida que merecía, pero jamás le anduve diciendo a la gente “come, viste, viaja o habla de esta manera”, si ellos me tomaron como ejemplo, eso yo no lo pedí. Joven Huerta, ¡por favor! Usted cree que yo no estaba consciente de mis dificultades del habla, siempre se me atoraba la lengua, pero siempre tuve algo que decir, por eso la gente me amó, porque con todo y mis defectos y si usted así lo quiere, con mis pocas aptitudes para la actuación, siempre supe ser osada, imponer mi voluntad, pero yo no siempre fui así eeeeh!!! ¡¡Que quede claro!! María Félix se hizo muy mujer en un mundo muy de hombres. Mi pueblo estaba aburrido de actrices debiluchas pero no lo sabían hasta que llegué yo.
RH: Entonces, María, ¿usted es como la gente quiso que fuera?
MF: ¡No! ¡Yo fui y soy como quiero ser y a la gente no le quedó más remedio que adorarme!
RH: Muchas personas quisieron imitarle, las mujeres se endeudaron por tratar de vestirse como usted, trataron de tener su estilo…
MF: Eso no fue culpa mía, mire joven, jamás le dije a las mujeres “Vayan y gasten dinero para verse como yo”, yo compraba buenas joyas y buenos trapos porque tenía el dinero para hacerlo, y algunas que otras cosas me las regalaron los hombres que se enamoraron de mí. Lo más que llegué a recomendarle a las mujeres fue un tinte de Miss Clairol, apenas lo volví a ver en You Tube, ¡es malísimo! ¡Pero me veo hermosa!
RH: Recientemente, la firma británica Ralph & Russo le rindió un homenaje, presentaron su colección de Haute Couture SS 2019 inspirada en usted, ¿Qué le pareció?
MF: ¡Aburridísima! Yo quería evitar el tema joven, pero … ¡Qué cosa tan fea! Para empezar, debieron invitarme, conocerme, al menos investigar mejor quién es María Félix. Un desfile con sombreros semi charros y un reptilito en el saco no es un homenaje digno de mí, y las modelos, simplonas, sin chiste. Para homenajes, los que me hizo Hermès en sus vitrinas o Cartier con su colección de gargantillas, no esto. Mire usted, estoy consciente de que tuve la fortuna de ser joven, bella y reconocida en una época en la que aún estaban vivos los mejores diseñadores de Alta Costura. Me di el gusto de ponerme Chanel de pies a cabeza, de verme fabulosa con una falda enorme de Patou y hasta de usar su perfume JOY, que era en ese momento, el más caro del mundo. Hoy, algunas de esas casas ya no existen, poquitas permanecen con un equipo nuevo y han surgido muchas más como la que me hizo el homenaje.
RH: ¿Ha comprado algo de Balmain? ¿Tiene Gucci en su armario?
MF: ¡Lo de Balmain me encanta! Pero son atuendos que se ven como de señora rejuvenecida, yo ya no estoy para eso a mi edad, y ya le dije muchachito que si algo ha de brillar en mi look tienen que ser piedras genuinas. De Gucci tengo bolsos, los clásicos y unas botas de montar preciosas que compré en el preciso momento en que Patrizia estaba siendo arrestada por haber mandado matar al hombre, ¡ése fue un escándalo muy sonado en la moda!
RH: Pero, ¿ha visto lo que ofrece Gucci en su nueva era “Michele”?
MF: Pero claro, no es tanto de mi gusto porque yo prefiero verme como una señora bien ataviada, con joyas, lo que hace Michele es lujo callejero, para los jóvenes que tienen dinero y les alcanza, porque ¡Gucci es carito eeeeh! Si acaso me pondría alguna que otra chaquetilla con lentejuelas, pero que les quiten esas cadenas brillantes porque yo no tengo espíritu de esclava. Lo que hace Michele es lucidor pero no me va, en todo caso si quisiera ser atrevida tomaría algo de las colecciones masculinas que hizo Slimane en Dior hace muchos años, soy flaca, me quedarían perfectos.
RH: ¿Qué colección hasta el momento es su favorita?
MF: ¡La más polémica de todas! La de Carolina Herrera.
RH: ¡¿De verdad?! ¿Entonces usted no cree que se apropiaron de la cultura de México?
MF: ¡Yo soy una parte de la cultura de México! Y me amaron en cada punto geográfico que pisé. En Buenos Aires me vistieron de gaucho, ¡siendo mexicana! ¿O es que a usted joven no le gusta la forma tan digna en que plasmaron a este país? Saque su celular y busque en Google… ¡Mire nomás! ¿Ve usted qué cosa tan exquisita? Imagíneme a mí usando todo esto. Aterrizando en París, Londres y hasta en Tokio. Entrando a los mejores restoranes del mundo llevando un homenaje que le han hecho a mi México… Después de mí, el folklor mexicano jamás se vio tan bien… ¡¿Por qué cree que invertí tantísimos centavos en mi imagen!? Pero es que mi pueblo es argüendero por naturaleza. Es como si yo me molestara porque pusieron a Cindy Crawford a posar como La Doña, cuando la señora ni sabía quién soy. ¡Dejen que México viaje por el mundo de la mano de Carolina Herrera! Si no les gusta, no la compren… como yo con lo de R&R, no me gustó y no pienso comprar nada, porque en esa colección no estoy yo. Pero con la de Carolina sí me identifico… Ya encargué todo a Frattina, y voy a salir a la calle con mis trapos de Carolina Herrera inspirados en México. Ojalá que algún cristiano se atreva a cuestionarme. Hace un par de años que no pongo a alguien en su lugar, salvo a Juanita… -risas-.
RH: ¿Le gustaría que algún diseñador mexicano haga una colección homenaje para La Doña?
MF: ¡Pero es que a usted le gusta la polémica joven! Usted me agrada… ¡Pero no! ¡No quiero ningún homenaje ni que hagan vestidos con telas baratuchas, ¡chafas! Mucho menos si después le van a poner esos trapos a cualquier muchachita, de que esas que llaman celebrities. ¡No me gusta que usen mi nombre para hacerse famosillos! Si acaso le aceptaría un homenaje a Pineda Covalín… porque Cristinita y Ricardito sí tienen esa visión de lujo que a mí me gusta, tengo varias mascadas de ellos y un sobre precioso. A ver pa’cuando eeeeeh!!!
RH: María, ¿usted usa Facebook o Instagram?
MF: ¡No! ¿Para qué? Mi México sabe que soy rica, que viajo y que visto ropa cara, que cargo lo mismo esmeraldas que diamantes, yo no tengo nada que demostrar a la gente, si quieren saber de mi vida que investiguen en Wikipedia, porque dudo que abran un libro. Hoy todos quieren que te enteres de sus vidas, veo a las mujeres, tanto jóvenes como adultas, posando igual, siempre el mismo ángulo. Será que yo tuve la suerte de verme bella por donde me observaras.
RH: Señora, pero antes ha dicho que vio a Mónica Bellucci en Instagram portando la joyería de Cartier…
MF: ¡Ah! Eso… Juanita es quien me enseña todo en su celular, ¡ése bendito aparato la tiene esclavizada!, ¡como si no tuviera nada que hacer! Fíjese que a veces la llamo para que me ayude con algo y la muy mula ni me escucha. Yo no pienso atar mi vida a nada que no sean mis joyas, además, no le entiendo al mentado celular, y tampoco quiero que la gente me ande dando lata, me molesta la gente latosa.
RH: Hábleme de la mujer mexicana…
MF: Somos fuertes, mucho más de lo que imaginamos, a nosotras nos toca pelear 4 veces más duro por lo que queremos, somos nobles, generosas y trabajadoras. Pero siempre he dicho que la mujer mexicana tiene que entender que antes que esposa, es mujer. Deben aprender a poner claras sus prioridades y no dejarse atarugar por cualquier hombrecito, por cualquier mujerujo.
RH: María, usted tuvo enemigos, ¿cómo se defiende uno de ellos?
MF: ¿Yo tuve enemigos? ¡Nunca me enteré! Será porque no pudieron estar a mi altura. Mire joven, para que un enemigo sea enemigo, tiene que ser su par, estar a su nivel. Un enemigo ha de ser una persona digna de usted, preparada, leída, educada. Yo creo que por eso me enemistaban en los medios con Lolita (Del Río), pero ella era una mujer dulce y prudente, para enemistarme con alguien tendrían que haber encontrado a una mujer que fuera semejante a mí, y ahí les falló. María Félix, sólo una.
RH: María, si me permite usted cambiar de tema… ¡En aquél cuadro luce usted fantástica! Me llama la atención la forma en que el pintor plasmó su corazón…
MF: ¡Ése es el cuadro que me hizo mi Chofita (Bassi)! Es que ella comprendió que yo no tengo corazón de hombre sino ardiente… ya que hablamos de ella, hace un par de años me senté con Juanita para ver la televisión. En escena estaban Isabellita Camil y la niña esta Belinda, representando un episodio inspirado en Chofita y su hija Claire Diericx, todo eso que ustedes vieron en la tele, fue poco comparado con la realidad, ¡y el conde Césare D’Aquarone no era para nada guapo!
RH: Y, ¿Qué tiene que decirnos sobre la situación actual de México?
MF: ¡Nada! Me van a tildar de senil y capitalista… ¡pero no me gusta lo que veo! Yo ya no puedo hacer nada, mi tiempo pasó, sólo me interesa descansar, dejemos el tema de la política para otro día… Claro, ¡si es que usted se atreve a volver a pisar mi casa! (risas).
RH: ¡Será un honor María! Qué privilegio charlar con usted, muchas gracias por su tiempo…
MF: Ha sido un gusto, joven… ¡Y óigame bien! Pobre de usted si edita mis palabras, nadie censura a La Doña de México.
“FIN”
Agradezco a la revista HAUNTED y a Gabriel V. Félix por permitirnos compartir esta entrevista que originalmente se encuentra entre las páginas de la Edición María Félix. A la venta en establecimientos selectos.
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