El sombrero charro es reconocido a nivel mundial como parte del folclore mexicano. Creado hace más de 300 años sirvió primeramente como protección del clima; posteriormente fue símbolo de estatus social. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha modernizado y se ha convertido en un accesorio al alcance de todos y un codiciado producto de exportación.
Sombreros Salazar Yepez: celebrando 70 años de tradición
En Guanajuato se encuentra el municipio de San Francisco del Rincón, conocido como “La Capital Mundial del Sombrero”, donde encuentra Sombreros Salazar Yepez, que este año celebra su 70 aniversario con una exposición del sombrero charro en el Teatro de la Ciudad de San Francisco del Rincón. Ahí se pueden apreciar fotografías de momentos emblemáticos de la empresa con personajes como Marco Antonio Solís “El Buki”, Juan Gabriel, Los Tigres del Norte, el Papa Benedicto XVI, el Papa Juan Pablo II, el Dalai Lama, Los Ángeles Azules por solo mencionar algunos, luciendo sombreros de la marca. Además están expuestos una decena de sombreros son diferentes bordados y estilos.
ESTILOS DE SOMBREROS
Hay varios tipos de sombreros charro pero los estilos más usados son:
El estilo San Luis Moderado, es parejo con un doblez en la parte de enfrente, el cual es el estilo más tradicional para los charros.
El estilo “Pachuca” tiene la falda del sombrero completamente plana y el semi Pachuca tiene un pequeño doblez en toda el ala (que es solo una parte de la falda).
El estilo Jalisco, es levantado de enfrente y de atrás con cuatro pedradas en la copa, es el más reconocido ya que es consentido de cantante como Vicente Fernández y Pepe Aguilar.
El estilo Zapata, es nombrado así por el revolucionario Emiliano Zapata, cuya imagen a caballo y con el sombrero de copa alta y levantado hacia atrás, es reconocido por todos los mexicanos.
PROCESO ARTESANAL
Para elaborar un sombrero de manera tradicional, se cuenta con la campana, que es la base del sombrero. Es de material de piel de conejo o de lana. La campana se calienta con vapor y se coloca en una horma para darle la forma y altura a la parte central del sombrero, una vez teniendo la forma deseada se le coloca sobre una base que es la medida de la cabeza.
Posteriormente, aun caliente el material se plancha para evitar arrugas en la campana y se estira hasta tener la medida indicada. La medida estándar de la falda es de 19 centímetros, pero ya hay jóvenes charros que lo prefieren más corto
a una medida de 17 centímetros, sobre todo aquellos charros que florean la reata. Tres horas después, ya que está completamente seco, el sombrero es llevado al área de bordado, donde las adornadoras le dan un acabado especial. El bordado
puede ser hecho de manera artesanal o puede ser un bordado en máquina, dependiendo el diseño.
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Fotos cortesía Salazar Yepez.