La moda mexicana llegó con fuerza a Japón, y no fue en cualquier lugar: fue en Shibuya, el cruce peatonal más transitado y famoso del mundo, donde Regina Dondé decidió montar una pasarela urbana en plena calle.
Sin alfombra roja, sin luces artificiales, sin backstage. Solo talento, actitud y una visión clara de lo que querían mostrar al mundo.
Todo sucedió durante la Rakuten Fashion Week de Tokio, uno de los eventos de moda más importantes de Asia, y donde pocos latinos logran hacerse notar.
Pero la diseñadora de Ciudad de México, no llegó a pasar desapercibida, tomó el espacio público y lo convirtieron en un desfile lleno de estilo y cultura.
Conocida por su personalidad en sus diseños, colaboró con el toque elegante y detallado del diseñador Ignazio Spinoza, que domina el arte del bordado y quien intervino las piezas. El resultado: una colección que logró un balance entre lo personal y lo sofisticado.
Rayas en blanco y negro que se mezclaron con estampados florales, las faldas con mucho vuelo, las capas superpuestas y las telas aportaron movimiento y frescura, transparencias sutiles que sumaron un toque atrevido sin perder la elegancia.
Las mangas grandes le dieron un aire teatral, pero siempre con un enfoque joven y actual, todo mostrando una moda pensada para moverse, expresarse y sentirse libre.
El momento fue capturado por el fotógrafo Maher Zi Ismail, quien supo aprovechar la luz natural del lugar para crear imágenes reales y contemporáneas. Nada de producción artificial, solo el ritmo caótico de Shibuya, el cruce constante de personas y una pasarela viva que se abría paso entre la multitud.
Porque no es común ver a una diseñadora mexicana plantarse en una ciudad como Tokio y tomarla, Regina lo hizo. No pidió permiso, solo llegó con su visión y su equipo, y lo convirtió en realidad, una acción que no solo habla de moda, sino de mentalidad: la de crear sin miedo y con autenticidad.
Este desfile improvisado no fue solo un acto estético, fue una forma de decir que la moda mexicana tiene voz, tiene propuesta y tiene el poder de cruzar fronteras, idiomas y culturas.
Así, con paso firme y una propuesta sólida, Regina Dondé e Ignazio Spinoza tomaron Japón y demostraron que la moda hecha en México está más viva y global que nunca.
