Plataformas…fashion shows…fashion esto, fashion aquello…¡que emoción!…pero ha sido pasar de pocas plataformas…a un agudo ataque de plataformitis. ¡Que emoción y qué indigestión!…es como cuando te acabas la tableta de chocolate con sal de mar, enterita.
Gracias a las intoxicantes y ahora indigestas redes sociales, todas las plataformas…las emergentes, las establecidas o las breves llamaradas de petate…tienen cada una sus 15 minutos de fama, aquello que inventó Andy Warhol en los 60s…sin duda todo cambia para no cambiar. Y a todos esto hay que agregar la mega mediática reciente alfombra rojo–bueno blanca–de la Gala del Met que fue el kick-off de la exposición Karl Lagerfeld: A Line of Beauty en el Metropolitan Museum de Nueva York que abríó al público el 5 de mayo. La pude ver a través del canal de Vogue y en E en cable…toda una experiencia visual en honor del Kaiser Karl y Choupette, su gato heredero. Será un buen pretexto para ir a la ciudad que nunca duerme como dice la canción de Frank Sinatra.
Bueno…regresando a lo nuestro. Cada mañana início un recorrido por IG para ver qué nueva plataforma ha surgido o si ha nacido una nueva estrella de la moda, sobre todo a nivel nacional… lo hago porque de lo contrario ni me entero, ya que el concepto de boletín de prensa de moda que llegue por alguna de las vías digitales o por el correo electrónico parece estar está en vías de extinción.
A veces me siento como un cazador en busca de la información perdida y con mayor frecuencia como un náufrago en un mar de propuestas de desfiles, bazares, showrooms, concept stores, plataformas, plataformitas y plataformititas nacionales e internacionales y quizá más pronto que tarde intergalácticas en algún starship de Elon Musk.
Desde luego me da gusto ver que los diseñadores mexicanos se proyectan y tienen espacios de pasarela en París, Londres o Nueva York…¡ya era hora!; también me da gusto ver como se incrementa la oferta de pasarelas a nivel nacional. Lo único que quisiera son mecanismos de comunicación más directos…el nunca bien ponderado un boletín de prensa. No, querid@, postearlo en IG no es informar.
Quiero estar informada, no necesito que me inviten–ya bastante champis y coctelería ufff, he tomado en mi vida– además, con frecuencia, la sola idea de atravesar la conflictiva CDMX para llegar a algún lugar y hacer cola de una hora para el acceso donde una edecán, sin duda bien intencionada pero que no sabe que la F viene después de la D, encuentre mi nombre…nunca fue y ahora menos, lo mío. Y no es por mamona, o quizá sí.
La famosa lista que te abre la puerta al cielo de la moda y al front row. El bendito front row. Recuerdo hace algunos años que era tan problemático tener un lugar de prensa front row en INTERMODA…que pedí que le pusieran mi nombre a una silla. Eso resultó muy práctico porque así podía utilizar el tiempo visitando stands en vez de estar en la cola. Funcionó hasta que una tarde llegué al desfile y había una persona sentada en mi silla. “Ese es mi lugar,” dije en mi mas mono Fusoni Style…”y a mi que me importa”…respondió la paracaidista—”yo llegué primero”.
Hice que se levantara para demostrarle que mi nombre estaba en la silla y para no seguir con la discusión cargué con mi silla a otro lado, me senté y dejé que se las arreglara sin silla en ese lugar al que había llegado ¡¡¡primero!!! Una de tantas anécdotas…
Hoy, la verdad sea dicha, me da igual el front row o el back row, ¡a menos de que me hubiera tocado junta a la Reina, obvio! Además ahora se estila el no row, esa fila hirsuta de celulares de personitas que ni siquiera se molestan en mirar las propuestas creativas que desfilan ante sus ojos. ¿Qué harán con tanto material digital? ¿Lo volverán a ver? después de subir sus selfies en breves e insulsos stories en IG. Ni idea pero no me cabe la menor duda que no es lo mismo tener un IPhone 13 de pantalla grande lleno de fotos, que tener ojo crítico, criterio de moda y objetividad. Si, objetividad, aunque hoy en día también parece estar en vías de extinción.
Sin embargo, como bien dije al principio, todo cambiar para no cambiar…y me queda claro que los diseñadores de las recientes colecciones de Haute Couture europea y la no tan haute, están desbordando creatividad más estrafalaria que de costumbre, para que los ojos vuelvan a mirar la pasarela y se despierte la capacidad de asombro o de disgusto, da igual; de lo que se trata es que se miren las propuestas en tiempo real, que se aprecie todo aquello que ha distinguido a la alta costura durante más de tres siglos como la mano de obra, el embeleso del detalle, la belleza de las texturas…que el bosque de celulares deje caer sus ramas, y que todos los frontrouistas se asombren como debe de ser. Si la alta costura lo logra, de seguro tendremos expertos más objetivos y groupies de moda más atentos algo más que el siguiente drop.
Pero creo que espero en vano, con solo ver la velocidad en la que TikTok se convierte en LA plataforma para obtener los 15 segundos—ya no los minutos a la Warhol–de fama…extraño los días aquellos en que anhelábamos la llegada de las colecciones, suspirábamos por tener un lugar asignado y esperábamos esperanzados el sagrado gafete que nos daría acceso al paraíso de la creatividad.
En las recientes pasarelas de los desdoblados fashion weeks hay espacio para todos. Así cada diseñador con su séquito que ansiosamente registra la colección en sus celulares, tiene asegurada la repercusión en redes que puede llevar a que el estilista de algún cantante se interese en su propuesta para caminar en alguna de las alfombras; sean rojas, azules, amarillas o whatever; o mejor que diseñe atuendos para presentaciones musicales. Todo es válido y válido es soñar…pero es como encontrar una aguja en un pajar, aunque el pajar sea digital.
Mientras aparece la aguja en el pajar, solo pido un poco más de información y que cuando vayan a un desfile, por favor miren con atención las propuestas en tiempo real del diseñador y olviden la pantallita.
– [ ]