Septiembre no sólo marca el final del verano y el inicio del otoño, sino que marca una ocasión que me atrevo a decir es más importante; la Semana de la Moda.
Treinta días repletos de moda y arte que nos llevarán a recorrer las calles de Nueva York, los palacios de París, los museos de Italia y la cultura vibrante de Londres. Sin embargo, el calendario oficial de la Semana de la Moda comienza unos días antes en los países nórdicos de Europa. Donde el estilo “scandi”, el cual se ha convertido en el estilo preferido del año, y la sustentabilidad son las protagonistas de cada pasarela.
Todos sabemos que la industria de la moda es una que no prioriza el cuidado del medio ambiente y el laboral. En los últimos años se ha vuelto tendencia la preocupación comunal por el cuidado ambiental y se ha difundido una ola bastante grande de educación acerca de la realidad detrás de las prácticas no éticas cometidas por los grandes conglomerados de moda. A pesar de la información que ahora tenemos a nuestra disposición el fast fashion no se ha reducido, sino que ha aumentado. Este año la firma de moda de lujo Louis Vuitton vivió su mayor año de ventas hasta el momento. Demostrando que el consumismo no se está deteniendo para nada.
Pero siempre existe una excepción para cada regla y en este caso tenemos a Copenhague, Dinamarca. Una ciudad que se ha posicionado como un epicentro de diseño y creatividad contemporánea. Literalmente un oasis de esperanza que temporada tras temporada ha demostrado que la sustentabilidad no solo es una opción, sino la nueva regla o mejor dicho las nuevas 18 reglas.
Alcanzar el estatus que poseen las 4 capitales de la moda no es una tarea sencilla, más no imposible. Y, ¿cómo se logra? Rompiendo todas las reglas.
La sustentabilidad ha caído víctima a la narración falsa creada por el fast fashion y la cultura consumista. ¿Has escuchado hablar del greenwashing? Copenhagen no acepta ninguna de estas mentiras y ha implementado un programa basado en 18 reglas que cada marca debe seguir para poder presentar sus colecciones. Prácticas como la eliminación total de la piel, no se pueden utilizar plásticos de un solo uso y el 50% de cada colección debe estar creada por materiales reciclados certificados. Y con marcas como GANNI, una de las favoritas del público, vemos como la sustentabilidad no compromete el estilo.
Para la temporada verano\primavera 2024, GANNI presentó su colección que algunos han llamado “granny punk” por sus siluetas que asimilan cortes de origami, cinturas acentuadas y hombreras. Decoradas con estampados florales e inclusiva entre lentejuelas creadas con textiles hechos de alga. Si no has visto su colección estoy segura que si has visto sus zapatos estilo Mary-Jane que dominan el street style últimamente. Hablando de zapatos, GANNI también mostró su exclusiva y anticipada colaboración con New Balance. Una colaboración que fusiona el estilo escandinavo de la marca y el estilo innovador y clásico de New Balance. Los sneakers que no pasarán desapercibidos gracias a su color explosivo Blazing Yellow.
A tan solo 2 horas en avión de Copenhague se encuentra Amsterdam. Una ciudad donde la Semana de la Moda continúa creciendo y mejorando sus estándares extendiendo el spotlight a marcas jóvenes que apuestan por la sustentabilidad. Entre las más destacadas está Martan.
¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con las sabanas de los hoteles? Tristemente son desechadas tras una corta vida de uso, sumando a los millones de toneladas de basura textil. Martan y su estilo clásico proponen una solución, prendas creadas cien por ciento por sábanas recicladas. Su última colección, la cual fue presentada el día de ayer durante la Semana de la Moda en Amsterdam, presentó un nuevo material; mallas de protección usadas en construcciones. ¡Quién se imaginaría que las sábanas de un hotel y las mallas de protección de una obra de construcción podrían convertirse en prendas de alta moda!
Martan no solo apuesta por la sustentabilidad y la moda circular sino que apuesta por las paletas de colores vibrantes. Sin miedo a resaltar, las modelos desfilaron prendas con transparencias, dobladillos en forma de origami, mini faldas y vestidos con cortes atrevidos en una pasarela blanca iluminada por reflectores que resaltaban los colores naranjas, amarillos, cyan y violetas de las prendas.
La sustentabilidad, como han demostrado los países nórdicos de Europa, no será una opción más.
