Tras crear gran expectativa con el nuevo giro que tomaría Mercedes Benz Fashion Week Mexico y haber conseguido casi 16,000 suscriptores en su canal de YouTube en menos de tres semanas, lo mostrado el primer día no estuvo a la altura del momento que estamos viviendo.
Hace un mes, la Fédération de la Haute Couture et de la Mode -que es el organismo encargado de regular la moda en Francia- anunció la cancelación de la Semana de la Alta Costura, la cual estaba programada para realizarse entre el 4 y el 7 de julio de este año, así como los shows de moda masculina que se habrían presentado una semana antes, entre el 23 y el 28 de junio. Para compensarlo, declararon que pensarían en alternativas digitales para presentar las colecciones, mismas que no han anunciado. Al mismo tiempo, Vogue junto con el CFDA (Consejo de Diseñadores de Moda de América por sus siglas en inglés) fundaron A Common Thread, una iniciativa para recaudar fondos que puedan ayudar a los diseñadores a producir sus colecciones. La realización de estas se ha visto impedida por dos factores importantes que deben tomarse en cuenta: 1. El consumo ha parado de manera abrupta y con ello el flujo de dinero. 2. El confinamiento provocado por el COVID-19 ha impedido a patronistas, costureras y diseñadores, entre otros, realizar su trabajo en forma, lo cual ha provocado que las colecciones estén incompletas; situación que está sucediendo en todo el mundo. Habiendo señalado esto, es importante preguntarse ¿Qué caso tiene presentar un desfile si no hay colección para mostrar?, ¿si no hay una colección qué le presento al público?
De los 12 diseñadores que se presentaron el día de ayer, solo seis mostraron una colección; estos fueron Collectiva Concepción de Concepción Orvañanos con un corto de tres minutos y medio narrando los principios de su marca, Cancino de Francisco Cancino decidió prescindir de narradores y mostró su propuesta en una película de dos minutos, Sandra Weil, la única que entendió de qué iba una semana de la moda virtual, presentó una película de siete minutos dirigida por Santiago Rionda en la que ella misma modelaba los 20 looks de su colección sin discursos edificantes ni reflexiones moralinas, Mancandy vislumbró apenas cinco looks en un fashion film sobre los delirios de la cuarentena, Lorena Saravia presentó un video-lookbook en blanco y negro de cuatro minutos y Daniel Espinosa que, aún con lo anticuado y aburrido de su formato, también mostró su nueva propuesta. Respecto a los demás, lo más inteligente y sensato habría sido no presentar nada.
De cualquier modo, ¿son los fashion films la manera correcta de promocionar una colección si no hay un showroom ni un evento en el cual ver la ropa en físico? No parece serlo, pues la experiencia se siente incompleta y un tanto escueta; del mismo modo, ¿las marcas pudieron haber presentado videos de este tipo en sus propias redes? Lo más probable es que sí, solo hace falta ver el alcance que tuvo Benito Santos en su último desfile presentado por IGTV (46,000 reproducciones en un mes). Lo cual nos lleva a cuestiones más preocupantes como determinar cuál será el sentido de una semana de la moda cuando los diseñadores pueden promocionar sus creaciones por sus propios medios, a su propio ritmo, haciendo buen uso de Internet en un mundo donde, según Bill Gates, no podrán hacerse eventos multitudinarios hasta 2021 como mínimo, y eso en el optimista e improbable caso de que se desarrolle un tratamiento con un 95% de efectividad en los próximos meses; de acuerdo a otras posturas, el distanciamento social tendrá que llevarse a cabo al menos hasta 2024, imposibilitando eventos como una semana de la moda.
Fue el momento de Mercedes Benz Fashion Week México de ser punta de lanza e innovar, estableciendo la pauta para que el mundo entero aprendiera una nueva forma de presentar moda y se quedaron cortos, al organizar un evento hecho al vapor que se recibió con optimismo pero no cubre las necesidades de la industria, ¿por qué ignorar antecedentes tan obvios y tan cercanos como Google+ Fashion que fue una verdadera semana de la moda cibernética -la primera en el mundo- realizada en 2012?, ¿por qué no hacer un desfile virtual como el de J. Mendel en 2017?, ¿por qué no tomar el ejemplo de los diseñadores de la posguerra que presentaban sus creaciones en pequeñas muñecas, adaptarlo a nuestros tiempos y hacer uso de las modelos CGI que son tan útiles?, ¿por qué obcecarse ante las herramientas de nuestro siglo que ya llevan bastante tiempo en uso? MBFWMX debería tomar en cuenta estas cosas, no solo para recibir buenas reseñas, sino para garantizar la subsistencia del mismo evento en los próximos 5 años que el mundo resentirá las consecuencias del coronavirus. Hasta no pensar en eso, una semana de la moda no tiene razón de ser.
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