Moda

Lo que nadie te dijo sobre tener un negocio de moda

El diseño no se limita a la creación de objetos y servicios que puedan ser de interés para los consumidores, es también una actividad económica dentro de las industrias creativas que genera millones de dólares alrededor del mundo. Cuando estudias diseño, nadie te dice de lo que se trata en realidad.

Por René Marcov / renemarcov@gmail.com

Muchas veces se considera que el proceso de diseño concluye una vez que el producto es manufacturado, pero para que el ciclo esté completo es necesario que los productos se compren y se desarrolle una interacción con los usuarios que permita generar una opinión de los mismos. La moda y el diseño tienen por fuerza que ser negocio, ahí es donde comienza el verdadero reto.

Para que pueda consumirse la moda nacional es necesario acercar los productos a los consumidores a través de medios que sirvan para su difusión pero también para su venta, sin importar si se trata de plataformas digitales o puntos de venta físicos, esto representa todo un reto para las marcas pues la comunicación debe ser congruente en todos los canales.

En un momento en el que tener un negocio online es relativamente sencillo y accesible para todos, existen productos que aún necesitan un punto de venta físico donde el consumidor final pueda interactuar con las piezas, de esta manera se convierte en una experiencia de compra, ésta, también es sujeto de diseño.

Montar un punto de venta físico no se parece a nada que te hayan contado; y a nada que hayas leído porque no existe un manual sobre cómo montar una tienda o un showroom cuando eres un diseñador independiente. Ofrecer una experiencia de calidad, que el cliente pueda asociar positivamente con tu marca, va más allá de poner tus productos en una mesa.

Hace falta comprender que para generar deseo de compra, el producto tiene que ser exhibido de forma coherente con el rango de precio, que el empaque debe ser ideal para proteger aquello que contiene, que deben conseguirse los permisos correspondientes para poder tener una tienda; hace falta pensar cómo atraer clientes a tu negocio y cuáles van a ser las estrategias que se utilizarán para crear fidelidad por parte de quien consume.

Tener una marca de diseño implica comprender la fría realidad de los números, desarrollar una estrategia de precios tomando en cuenta a nuestros competidores, nuestros costos de producción y la calidad real de lo que ofrecemos. Hacer de tu marca un negocio implica tener al día los tiempos de entrega, el precio de los envíos y las condiciones en las que puede o no hacerse una devolución, además de redactar unas políticas de garantía que protejan al cliente y al negocio.

Cuando ponemos un punto de venta físico, nadie nos dice que es esencial pensar en aspectos tan básicos como cuáles serán las formas de pago disponibles para que tus clientes puedan realizar sus compras, cuáles son las condiciones fiscales ideales para el crecimiento de nuestro negocio o cómo llevar una contabilidad elemental.

Tener una marca de moda es muchas cosas más que buscar un nombre y tener un logo “bonito”, es comprender que hace falta registrarla al igual que el logotipo para tener cierta certeza jurídica.

Tener una marca y ser un buen diseñador implica también estar abierto a la retroalimentación de tus consumidores, a separar tu gusto personal del de tus clientes, a comprender que quizá aquellas piezas que más te gustan son las que menos se venden y estar dispuesto a crear un producto que satisfaga al 100 % las necesidades de quienes te compran sin perder tu esencia como creador.

Ser diseñador de estos tiempos es tener muy claro que necesitas crear una red sólida de proveedores que garanticen la calidad constante de tu producto, una manufactura perfecta y una materia prima competitiva. Ser emprendedor en la moda es confiar en el diseño como un negocio colaborativo, y que la única forma de avanzar es en equipo. El diseño no puede existir en solitario.

Emprender es sin duda el camino para toda una generación de jóvenes creativos que creen en el talento mexicano, pero hace falta investigar a fondo cuáles son las implicaciones reales de tener un negocio.

Aún a sabiendas de que son muchos los retos, es importante comprender que vale la pena. Hay que aventarse y hacerlo, siempre se tiene la creencia que lo mejor es esperar a que todas las condiciones sean óptimas pero nunca hay un tiempo perfecto, todo se puede lograr si se tienen los elementos indispensables, un buen producto y ganas de perfeccionar siempre las circunstancias del negocio para hacerlo crecer.

Emprender es tener claro que no debes saber hacerlo todo, pero debes entender perfectamente las fases del proceso creativo, productivo, de promoción y comercialización de tu marca para ajustarlas al branding que hace única a tu propuesta y mantener todos los aspectos alineados para que los clientes tengan claro lo que pueden esperar de tu oferta.

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