Para mi, Carmen Rión, es el mejor poético ejemplo de como expresar esa mexicandad artesanal e indígena, sin caer en la actual integración de bordados y demás en prendas de supuesto sabor contemporáneo. Su más reciente colección Las Hijas del Maiz de Carmen Rion, hace “un homenaje a los ciclos sagrados del alimento que corre por nuestra sangre tal como corre Kox, ser divino que habita las milpas para los tzotziles, entre los maizales,” señala en su maravilloso texto Milena Solot, mismo que permito transcribir a continuación:
El trabajo de Carmen Rión se puede contemplar como una gran pieza; una infinita colección. Sin embargo, sus partes, unidas en un largo aliento, se desencadenan en posibilidades autónomas.
Así fue Azul, Bolom y las más de (10 ) colecciones que han dado forma al cuerpe de su trabajo por más de 40 años.
Los intervalos no son métricos, ni escalonados. “En ocasiones pasan años antes de que logre terminar una colección” comparte la diseñadora mexicana; “en este caso, con las Hijas del Maíz, me tardé mucho más tiempo.” Quizás sea porque la artista ya estaba, en esa espera, en la contemplación del maíz: el maíz esperaba la lluvia para surgir; Carmen Rión esperaba al maíz para crear. “Pasamos años de sequía, años en donde comunidades enteras sufrieron por la falta de agua: no hubo maíz,” comparte la artista.
En los viajes recurrentes que la creadora realiza al sur del país,en donde trabaja con el grupo de artesanas Sna Maruch desde hace 20 años, cierto día, notó cómo la luz pegaba a las razas del maíz y entonces lo supo. Era casi obvio; ¿cómo no lo había notado antes? La colección debía ser un homenaje al maíz y a las manos que lo siembran, cosechan, y dan forma.
Las Hijas del Maíz está inspirada en este paisaje de dorados y matices rojizos pero también en la mazorca y sus colores imposibles: rojos, amarillos e índigos que se yerguen como un estandarte único; en las razas tumbadas, rendidas, y en la sagrada envoltura, la hoja del tamal.
Es un homenaje al alimento que ha dado forma a nuestra cultura y que la sigue consolidando cada día. Es también un llamado a la defensa de lo que es nuestro; a salir de nuestro lugar de confort y atrevernos a mirar los procesos intensos e infinitamente laboriosos del maíz; es una celebración a lo infinitamente seductora que es la unión.
Así también es como se proclama lo nuestro, pues esta colección como todo lo que crea Carmen Rión se realiza en un ejercicio conjunto con las artesanas que dan vuelo y forma; que entrelazan y depuran. “Una sola pieza son varios días de trabajo para cada artesana” comenta Carmen y es un trabajo constante, que se interrumpe por las faenas del día: el maíz, las tortillas, el frijol. Es así como se encuentra el cobijo y el alimento y como las manos que dan forma a las tortillas, de personas que acostumbran generar el alimento con sus propias manos, dan forma también a lo perenne.”
Boutique Carmen Rión: Ave México 135 , Hipódromo, CDMX