Fashion Quest

Fashion Quest: La Evolución de la Moda en el Deporte

Muchos historiadores sitúan el “nacimiento” de los deportes como hoy se conocen a mitades del siglo XIX, como consecuencia del tiempo libre u ocio del cual las clases altas privilegiaban en tiempos durante y post-revolución industrial. Dado que varios cambios sociales se dieron en el Reino Unido a consecuencia de la Revolución Industrial, no es sorpresa que muchos deportes hayan surgido de ahí, como el cricket, rugby, golf, y la natación; o de países como Canadá y Estados Unidos, a donde migraron muchos ingleses y franceses a principios del siglo.

Justamente por el hecho de que el ocio era algo exclusivo de las clases altas es por lo que la moda también tuvo un papel importante que jugar en estas actividades. Los hombres y mujeres (aunque las mujeres sí podían hacer deporte, su papel era muy diferente al del hombre) de la élite usaban este tiempo para mostrar su nivel social y no tanto para ganar; es por esto que la elección de la ropa se definía por sofisticación y no por funcionalidad o lo apropiada que era para el deporte, como podemos ver en las imágenes de abajo.

París, c.1827; en el siglo XIX, el juego “volant” era central en la educación de las mujeres jóvenes. Aquí podemos ver ilustrada la vestimenta que usaban, que a pesar de usar un material más translúcido, siguen siendo vestidos elegantes para usar de día y no para hacer deporte (incluso se ve cómo tenían que recoger la cola del vestido para moverse).

 

La Mode Ill883; mujustrèe, 1eres en vestimenta para ir de cacería.

Retrato de María Antonieta, c.1783; este retrato nos muestra algunas características importantes sobre la vestimenta que las mujeres usaban para hacer deporte: prendas mucho más sencillas y la adopción de elementos de la vestimenta masculina, como los pantalones, prenda comúnmente para los hombres, porque eran más cómodos y en caso de caída prevenían que se viera la ropa interior debajo de la falda.

Londres, 1867; vestimenta de mujeres para tiro con arco. La arquería fue de los primeros deportes en ser disfrutados tanto por hombres como mujeres, sobre todo porque no requería de mucho movimiento, permitiendo que las mujeres se siguieran viendo elegantes en sus vestidos con crinolina y adoptando nuevos elementos al vestuario como sombreros y guantes.

En la Época Medieval, la soule – un juego de pelota y el antecesor al rugby y fútbol – ya era ampliamente conocido por todo Europa; sin embargo, fue hasta el siglo XIX en Inglaterra donde las universidades de diferentes estados empezaron a crear y estandarizar reglas para que los equipos de cada universidad compitieran entre sí. De aquí se originaron el rugby y el fútbol y, tras su rápida propagación por el mundo y para hacer el juego más sencillo, las camisetas fueron reemplazadas por tejidos de punto más transpirables y elásticos, como el jersey. Aunque la producción era todavía muy artesanal, con el paso de los años, los equipos empezaron a crear sus propios colores y escudos para diferenciarse, creando una identidad colectiva a través de la moda. Fue hasta los años 1920s y 30s donde los jugadores se ponían números en sus camisetas y hasta 1992 sus nombres.

Este tipo de deportes colectivos se volvieron muy comunes en toda la población; pero otros como el golf, tenis y croquet eran reservados exclusivamente para la burguesía. Hubo cambios en su vestimenta pero mínimos, como alzar la falda de las mujeres algunas pulgadas, incluir bolsas para poder guardar pelotas y cambiar a materiales más ligeros y fáciles de lavar, como el algodón. La elegancia permanecía siendo prioridad.

Vestimenta para tenis, c.1910; vestido de algodón.

Vestuario para golf, c.1880; vestido de algodón con estampado de pelotas de golf. Al no haber todavía muchas opciones en vestimenta, los vestidos normalmente se estampaban con algún motif o patrón que representara la actividad.

Vestuario para croquet, c.1900. Falda de seda o algodón con camisa y chamarra. Se puede ver como evidentemente los corsés se seguían usando; de hecho, al ser los corsés una parte esencial de la vestimenta de las mujeres, ya que garantizaba una buena postura y adelgazaba la cintura a la silueta de moda, en vez de quitarlos, se adaptaron para la actividad física.

Corsé, c.1905. Aquí podemos ver un corsé de la época creado para actividades deportivas. Este corsé esta hecho de huesos de ballena forrado con tela; los huesos están unidos horizontalmente por moños de algodón; este sistema hacía que circulara el aire por el corsé y fuera más flexible que uno común.

En cuanto a los hombres, la vestimenta pre-Primera Guerra Mundial no había cambiado tanto; eran trajes hechos de materiales como lino o algodón, con algunas bolsas extra.

 

Vestimenta de hombre para tenis, c.1910

En este punto de la historia, la moda aún no cumplía un papel funcional dentro del deporte, sino uno completamente estético; es hasta principios del siglo XX cuando nace como tal el “sportswear”. La Primera Guerra Mundial y la época entre guerras tuvieron un impacto enorme en la moda: durante la guerra, muchos diseñadores parisinos dejaron de producir para su clientela normal y empezaron a producir para la guerra (es aquí cuando Nueva York toma mayor fuerza y se posiciona como el lugar donde se producían las mejores copias parisinas); también vemos un cambio de roles, ya que como los hombres se iban a la guerra, las mujeres toman un rol más activo, lo cual se refleja en su vestimenta.

Al terminar la Primera Guerra se había popularizado el jersey (tela hecha principalmente con viscosa, la primera fibra artificial creada por el humano) con la que se hizo conocida Coco Chanel y sus diseños más “cómodos y sencillos” para el uso de las mujeres. La moda se volvió más simple, priorizando la comodidad. Empiezan a tomar forma las primeras contra-culturas, como las flappers (mujeres jóvenes que disfrutaban de una vida de libertades: bailaban, fumaban, tenían relaciones, trabajaban… iban en contra de la imagen tradicional de una mujer de la época).

El público apreciaba esta moda más casual y sport.

Con la invención del velocípedo en la década de 1860 y la bicicleta en 1880s, no sólo hubo nuevas maneras de transportarse, sino que se creó el spinning como actividad recreativa. El Tour de France inició por primera vez en 1903, donde para tener mejor movimiento y rendimiento, los hombres usaban playeras tejidas (jerseys) y shorts más cortos; las mujeres, por otro lado, aún debían de usar vestido por la etiqueta de la época. En Estados Unidos, Amelia Bloomer adaptó el usar pants por debajo de su falda, dando lugar a los famosos “bloomers”, para poder realizar este tipo de deporte o actividad.

Conjunto de ciclismo para mujer, 1900; aunque la bicicleta fue el pretexto perfecto para liberar a la mujer de los vestidos y enaguas, el corsé se seguía usando. Hubo nuevas variantes de éstos, al agregarles botones ajustables en los tirantes y bandas elásticas en la cintura para mejorar el movimiento.

Fue en la década de los 20s cuando los diseñadores empezaron a crear prendas exclusivamente para los deportes, sobre todo prendas que fueran más transpirables y que pudieran mantenerte más cálido antes y después del ejercicio. Uno de los mejores ejemplos es la playera Lacoste – mejor conocida hoy como la polo, creada en 1933 cuando René Lacoste cortó las mangas de su playera para tener mejor movimiento y junto con André Gillier, un manufacturero de medias, crearon el algodón piqué, un tipo de tejido innovador para la época más ligero, que absorbía el sudor y daba lugar para que circulara el aire. Incluso las casas de alta costura entraron en el negocio del sportswear: en 1919 Jean Patou le hizo un vestido plisado muy corto para la época a la campeona tenista Suzanne Lenglen.

Lacoste shirt, André Gillier & René Lacoste, 1934. Lacoste lanzó su marca propia en 1933 después de dejar el deporte. Esta playera fue uno de las innovaciones más grandes de la época por su material y diseño, como el cuello que servía tanto para cubrirte de los rayos del sol, como para seguirte viendo formal. Incluso Chanel la llamó la “playera Antibes” por ya ser un emblema de la moda.

Todo tipo de vestido cambió en estás décadas de los 20s y 30s, incluso la ropa interior. El suspensorio (jockstrap) se convirtió en la ropa interior más usada por los jockeys por su comodidad, resistencia y rendimiento. Fue hasta la década de los 50s que empezó a aparecer en revistas de la comunidad LGBT y aumentar su popularidad en los 70s.

Suspensorio de la marca Bauer & Black PAL, 1920.

Así como Coco Chanel fue muy conocida dentro del mundo de la ropa deportiva, estaba Jane Régny, una diseñadora y golfista, que aunque no es tan conocida hoy en día, sus diseños, cortes y uso de las telas ayudaron al desarrollo de las prendas para las mujeres deportistas. Incluso llegó a tener su propio taller y tienda en Biarritz, Francia muy cerca de Chanel. (Biarritz antes de la Primera Guerra Mundial era un destino vacacional muy frecuentado por las clases altas de Francia y España).

Durante todos estos cambios, el más fuerte y notable probablemente fue el de la natación. Durante el siglo XVIII y finales del XIX, las personas apenas podían ir a la playa a bañarse en el mar o meterse un poco – el nadar ahí aún no estaba permitido o doctores de la época lo consideraban antihigiénico o peligroso. Aquí las mujeres aún iban de vestido y atuendo completo – incluso con el Corsé; mientras que los hombres ya podían ir ya sea con traje de baño completo o con shorts.

Gracias a las primeras mujeres nadadoras, las mujeres finalmente pudieron usar traje de baño. Annette Kellerman, campeona de Australia, usó el traje de baño completo en 1905 y lo popularizó para siempre. En 1926, Gertrude Ederle nadó el canal de la mancha en un traje de dos piezas, algo que aún ni siquiera existía en el mercado.

Debido al consumo de energía y movimientos que se requerían para nadar, poco a poco se fueron aceptando y creando nuevos trajes de baño, como la pijama de playa de 1930 y el bikini en 1946, inventado por el ingeniero y diseñador Louis Réard y debido principalmente por la falta de textiles y las políticas de racionamiento textil de la Segunda Guerra Mundial (y llamado bikini por el Atolón Bikini del Pacífico, donde se realizó la primera prueba nuclear).

Gertrude Ederle, primer mujer en cruzar el canal de la mancha en 1926. Su traje de baño de dos piezas fue creado por su hermana, hecho de seda con shorts para nadar y tirantes ajustables. Seis años después, Jacques Heim sacó al mercado el primer traje de baño de dos piezas.

Conjuntos de playa, 1880-1885.

El término sportswear fue por primera vez usado en la prensa francesa en los 1920s y era caracterizado por sus telas tejidas y ligeras, mayormente usadas y popularizadas por Gabrielle Chanel, cortes prácticos y funcionales para garantizar mayor movimiento, y piezas en general mucho más ligeras para uso cotidiano. Otras casas de alta costura como Elsa Schiaparelli o Jeanne Lanvin en 1923, abrieron sus departamentos de ropa deportiva.

Los “Roaring Twenties” o la época entre guerras fue muy caracterizada por estos cambios: uno, estaba completamente invadida por la cultura juvenil, y dos, por innovaciones tecnológicas y mecánicas como la democratización del uso del automóvil y los primeros días de la aviación, ambos considerados deportes y en necesidad de nuevos vestuarios y accesorios.

El siglo XX ha sido caracterizado por ser un siglo de cambios drásticos y rápidos en la moda, en parte debido a los cambios sociales y estructurales por las dos guerras mundiales y el nacimiento de las contraculturas de la segunda mitad del siglo; contraculturas juveniles que iban en contra de lo establecido y buscaban entre ellos una nueva identidad, como el adolescente (término que no se conocía antes de los 50s) y su look “rock” inspirado por Elvis Presley y Marlon Brando, o los hippies de los 60s y los punks de los 70s. Aunado a esto, el aumento en las tecnologías textiles habían hecho que para la segunda mitad del siglo las fibras sintéticas y artificiales fueran la mayoría en el mercado, dando espacio a mayores diseños dentro de la ropa deportiva.

Para los 80s el deporte ya era algo de la vida diaria de las personas, ligado a la salud física y mental (el primer Vogue Sport fue en 1983 en Francia). La idea ya no era simplemente vestirte para hacer deporte o para ciertas actividades como en los 20s y los 30s, pero el incluir en tu vida diaria y en tu clóset este tipo de vestimenta; y hoy, 2024 creo que es imposible pensar en alguna persona que no cuente con unos pants, leggins o playera deportiva en su clóset.

Durante toda la historia los Juegos Olímpicos han sido cruciales en la evolución de los uniformes deportivos, impulsando mejoras en materiales, diseño y tecnología para optimizar el rendimiento de los atletas. La necesidad de alto rendimiento ha llevado a la adopción de telas sintéticas ligeras y tecnología avanzada, como la ropa de compresión. Además, la visibilidad global de los Juegos ha motivado a los países a diseñar uniformes estéticamente representativos de su cultura e identidad nacional. Estos avances no solo benefician a los atletas olímpicos, sino que también se han extendido a la ropa deportiva en general.

Humberto Pérez Misdrahi: https://www.instagram.com/betopmisdrahi?igsh=MXVrdms1N2FqZDN3aQ==

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