Este texto fue escrito por Rapha Huerta en Octubre del 2021…hoy con la presentación de los sneakers de Balenciaga ($100,000.00 USD el par) está más vigente que nunca…con el agregado del pobrismo al feismo. Me pregunto sin querer parecer de otra época…¿que le está pasando a la moda o que mensaje no estoy entendiendo? Anna Fusoni
Todos lo dicen, desde las masas hasta los burós de moda más punteros, el feísmo se ha quedado muy instalado en el radar de la misma manera en que lo hizo el animal print cuando lo revivieron hace más de veinte años; la gente creyó que estaría solo por una temporada, pero la tendencia se sentó cómodamente en el trono de las reinas de la moda. El feísmo de la moda tiene a varios exponentes, siendo Demna Gvasalia uno de los más ruidosos, pero no debemos olvidar que Miuccia Prada fue de las primeras en romper los cánones de la moda cuando tomó la batuta de la casa familiar. Mucho menos debemos ignorar que, el feísmo, así como lo vemos, está basado, entre otras cosas, en la ostentación, y si a esas vamos, podemos decir que la madre del feísmo en la moda, fue sin duda, la marquesa Luisa Casati, “la mayor futurista de todos los tiempos”, a principios del siglo XX.
Por Rapha Huerta.
No he sido yo quien nombra a La Casati (1881-1957) como la mayor futurista de todos los tiempos, sino Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944), sí, el mismísimo padre del movimiento futurista (1909)y uno de los puntos de partida del fascismo de Mussolini(1919) , quien se expresó de esta manera para hablar de la entonces criticada noble italiana, y es que finalmente, lo que ella hizo -ojo-, fue llevar la contraria de las corrientes que en ese momento, buscaban la belleza de la vida, la belleza del rostro y el cuerpo; la perfección y la armonía, y como es obvio, el primor inconmensurable de toda representación artística. Ella, sencillamente, encontró su propia belleza y la expresó a su modo. Además de ser una rica heredera de sangre azul, era amante del arte -y artistas-, tanto que se convirtió en una de las más grandes mecenas del siglo. Sus excéntricas pero tétricas fiestas/bacanales eran de antología.
Casati asustó al mundo con su estilo teatral y oscurísimos párpados enmarcados con kohl y trozos de terciopelo negro pegados sobre los párpados, sus mansiones estaban llenas de pajarracos disecados, su forma de vestir era todo, menos linda o bella, su rostro tampoco era ejemplo de beldad; pero resultaba exquisito.
“Su forma de vestir era fea, pero uno no podía dejar de admirar tanta fealdad, ¿no es eso comparable con la belleza?” Picasso.
La Casati fue una punk mucho antes de que tal movimiento surgiera, el artista Man Ray dijo de ella que, teniendo una melena privilegiada, insistía en hacerse peinados altos engominados para endurecer todavía más su expresión facial. Más de medio siglo después, el feísmo del estilo de la Signora Casati fue retomado por Gloria von Thurn und Taxis, una noble alemana apodada “Princess TNT”, quien hizo lo propio con el feísmo y la ostentación de su apariencia.
El feísmo del S. XXI tiene como raíz la vida urbana, la vida real, la cotidianeidad, y el “estilo de las personas comunes” pero también retoma en ocasiones, el estilo de vida de los “cantantes” modernos que le endulzan el oído al mundo con su “perreo”.
Hoy por hoy, Gucci con Michele y Balenciaga con Gvasalia se disputan el trono del feísmo -algunos lo llaman cariñosamente, vulgaridad-. Ahora bien, así como la madre del feísmo fue italiana, tenía que ser otra italiana quien, desde su centro de “poder dictatorial para la moda”, le mostrara al mundo que lo feo también puede ser chic: Miuccia Prada (72 años de edad), fue ella quien, a finales de los años 80, ya como directora de PRADA, escandalizara -porque no hay otro término adecuado- a los puristas del buen gusto y la excelsa sartoría italiana.
Casi treinta años después, Prada sigue en su papel de “regina imbatible” lanzando hombres feminizados a la pasarela -para muchos, el epítome del feísmo, para otros, el camino natural que la moda debía seguir-, sandalias con calcetines o medias -puaj!!!!!-.
75 años después de la muerte de una empobrecida marquesa que terminó su vida buscando alimento en los basureros londinenses, el feísmo, más que un mero show, se empieza a convertir en el hilo conductor de colecciones enteramente comerciales producidas para el mercado sibarita pero también para el mercado popular.
Honestamente, dudo que el feísmo se retire del radar, en el pasado fue una década la que separó al punk del grunge, pero con todos los cambios que está viviendo el mundo durante esta “modernidad”, no creo que el ugly fashion se duerma durante una década. El estilo de vida de la gente cambió radicalmente y es cierto que ahora tanto hombres como mujeres, se sienten más en confianza usando unos sneakers viejos pero sabrosos de cómodos que portando unas suelas delgadas y mortalmente dolorosas. Además, todo apunta a que el buffalo style de Ray Petri, está a despertando poco a poco del coma y puedo jurar que va a ser un éxito -siempre y cuando se respete la magnificencia ochentera- con todo y que el sector de lujo lo va a vender a precios groseramente costosos.
Pero la moda se debe a todos, a las masas y a las élites, así que para todos hay. Como siempre, la industria está feliz de saciar las necesidades de, al menos, la mayoría, así que “el monstruo” seguirá encontrando el modo de mantener su reinado y sus millones, que no son pocos. Aquí lo importante es que, uses lo que uses, feo o bonito, a ti te guste y san se acabó.
Acuérdate que “la belleza está en los ojos de quien la mira”. OW.
Kiss Kiss.
Hug Hug.
NOTA IMPORTANTE: No confundir feísmo con mal hecho, atención estudiantes de moda.