Si hablamos de mujeres poderosas en la moda, por supuesto el primer nombre que ustedes gritarán a todo pulmón será Anna Wintour, la que lleva semanas en el candelero -por no decir cadalso-, con las acusaciones no solo para ella sino para Condé Nast acerca de la supremacía blanca con la que hacen el teje y maneje del negocio. Y por supuesto que es un tema calientito que asegura miles de views en las redes, sin embargo, quiero que esta mañana hablemos de otra mujer que también goza de poderío pero además de una reputación intacta porque es incorruptible, reconocida también porque es una mujer de talla extra… y poco le importa lo que opine la gente. Con ustedes Samurái Susy…
Por Raphael Huerta
Foto: EFE Londres
El 3 de marzo de 2014 se anunció con bombo y platillo el nombramiento de Suzy Menkes como Editora Internacional para Vogue. En este puesto, la reconocida crítica de moda tiene un espacio en el que su opinión tiene obtiene mayor visibilidad y genera mayor impacto en la industria de la moda porque se publica en las 25 ediciones digitales de Vogue. Durante más de 20 años fue una voz respetadísima dentro de The Herald Tribune, nadie se imaginó que un día, la llamarían para ofrecerle un puesto hecho a su medida en Vogue, especialmente porque vivimos una época en la que el culto por la juventud y las redes sociales se ha salido de control, tanto, que la industria le ha dado una voz mandante a gente falta de experiencia y conocimiento pero sobrada de juventud… y seguidores en Instagram.
“En la era digital, todos piensan que pueden ser críticos de moda” dijo un día Menkes cuando la cuestionaron sobre los movimientos tan caprichosos que se viven en la industria a nivel mundial, y es que, de repente, comenzaron a surgir nombres nuevos, nombres de gente muy joven, incluso adolescentes, mismos que recibieron un espacio para expresar sus opiniones y convertirse, de esta manera, en cuasi pesos pesados de la moda. A algunos bien valía la pena leerles, como Tavi Gevinson, quien con su sito Style Rookie logró colocarse en los front rows de los mejores desfiles, teniendo un asiento incluso, junto a la mismísima “reina” Menkes, irónicamente, los nombres de los new famous, comenzaron a apagarse con la misma rapidez con que nacieron. Mientras, aquellos que comenzaron desde abajo décadas atrás pero que hoy no gozan de la juventud requerida, siguen trabajando para y por la industria.
Suzy Menkes no explota en las redes, goza “apenas” de 525 mil seguidores en Instagram mientras que, “la reina de lo vulgar” como ha llamado a Kim Kardashian –quien, nos guste o no, es considerada como una referencia en la moda, una líder de opinión-, cuenta con 140 millones de seguidores en su cuenta oficial. Lo que sí se puede presumir de Menkes es que su ascenso al trono de “crítica temidísima de la moda” se lo ganó a pulso, paso a pasito, desde aquél primer desfile que presenció teniendo 18 años, el de Nina Ricci.
Para hablar del talento de Suzy, se necesita conocer de moda, estar bien instruido. ¿Por qué? Porque estamos hablando de una personalidad que continúa vigente, una que venció las barreras del tiempo, de la tecnología, se trata de una periodista a quien le tocó la época en que se demeritaba la opinión de su género, tan inteligente que ha sabido mantener su posición dentro de este medio con crónicas que van más allá de una simple descripción, logró que su nombre se convirtiera en una institución respetada y que el medio para el que trabajaba, fuera también una publicación sobresaliente en el gremio. Cuenta la leyenda urbana que la pregunta de muchos diseñadores, antes de comenzar sus desfiles, es: ¿Ha llegado Suzy?
Sí, muchos pensarían que la presencia infaltable es Anna Wintour, y sí, sí que lo es, porque también se lo ha ganado a pulso -tanto la gloria como este mini infierno actual- aunque su nombre se hizo más popular gracias a una película que idealiza a la jefa maldita. Pero todos tienen que enterarse que hay más nombres importantes junto al suyo, porque sí, muchos desconocen la existencia de SM, pero eso se acaba hoy.
Recientemente se ha publicado el top ten de los fashion journalists, en éste, Menkes se encuentra en el segundo lugar: Robin Givhan, Menkes, Carine Roitfeld, Glenda Bailey, Cathy Horyn, Alexander Fury, Liz Tilberis, Vanessa Friedman, Anna Wintour y Franca Sozzani. El poder de Suzy no se limita a tener un lugar en primera fila durante los shows de moda. Su poder creció tanto que a lo largo de su carrera ha tenido solamente que publicar algo firmado con su nombre para ensalzar el talento de algún diseñador, o bien para destrozarle la carrera de una forma objetiva. Menkes ha bajado de su ladrillo de fama a más de un diseñador sin necesidad de atacar o recurrir a vulgaridades propias del periodismo ordinario. Su poder está basado en la objetividad de sus reflexiones e impresiones sobre lo que observan sus ojos a la hora del show.
Para que un periodista de moda sea capaz de hacer lo que ella, debe tener los ojos bien abiertos durante la pasarela, pero también ha de contar con un vasto conocimiento de historia, arte, literatura, de las revoluciones sociales en el mundo, de las diferentes culturas y por supuesto, de las marcas que tal vez, muchos años atrás, lanzaron colecciones o diseños semejantes.
Menkes tiene claro que no se trata de decir “está feo” o “está bonito”, eso lo ha aprendido durante todos sus años de carrera, también tiene claro que para poder emitir un juicio se debe de poseer algo que en el medio de la moda, casi no se practica con tal de mantener calmados los humos ególatras de los diseñadores: agallas. Éstas, no se ganan de la noche a la mañana, no se trata nada más de ser valiente y aventar críticas a diestra y siniestra, las agallas reales, esas que van bien protegidas por el conocimiento, se ganan poco a poco, con experiencia.
Es por eso que mientras tantos nombres de gente joven han surgido y desaparecido, el de Menkes permanece intacto, porque se ha dedicado a trabajar y a hacerse de sus propias cosas, porque ella a diferencia de muchos de sus colegas, se niega a aceptar los regalos que le mandan los directores artísticos de las mejores casas de moda. También es de las pocas conocidas por llevar un peinado feo que en ella luce fenomenal y que hoy por hoy, es uno de sus trademarks. Un día Menkes tomó los mechones de su cabello, los sujetó con un pasador hacia la parte alta del cráneo porque el larguísimo fleco le estorbaba para redactar, y voilá!!!!!! Un paso más para ser leyenda.
¿Y qué me dicen de su evidente sobrepeso en una industria en la que ser skinny bitch es casi religiosamente obligatorio? Pamplinas, a ella ni le va ni le viene si la tildan de gorda, mucho menos de excéntrica, porque tampoco va por la vida vestida como si estuviera de luto; all in black, no, Suzy Menkes va vestida a todo color con piezas que ha comprado lo mismo en Lacroix que en Saint Laurent porque ha confesado ser maximalista y que por ese motivo, jamás usaría algo de Armani o Céline, eso no impide que admire el trabajo de ambas marcas.
Suzy Menkes ha sido una guerrera del periodismo de moda, tanto que la han llamado Samurái Suzy y “autoridad de la moda internacional”. Pero ella no es una mujer vana que disfrute de los títulos, incluso ha dicho entre risas que a sus colegas, al entorno, no le ha quedado más remedio que llamarla autoridad porque no encuentran otra forma de decir que sorpresivamente, lleva demasiados años en la moda, aguantando como pocos, pero ganando como siempre.
Sí, la última frase suena al meme de Belinda, lo sé.
KISS KISS
HUG HUG